Permiso para Ser Humano
En uno de mis artículos anteriores* donde escribí sobre que la felicidad es un conjunto de acciones constantes, hice mención a algo muy especial que me encantaría profundizar basado en el trabajo del Dr. Tal Ben-Shahar.
El permiso para
SER humano. Suena simple. Sin embargo, ¿nos preguntamos en qué medida nos
solemos dar esa autorización? ¿Sabemos de su impacto en nuestras vidas?
“Soy un ser
humano: nada humano es extraño para mí”. Terencio
Lo más simple
para entender este concepto es tener en claro que siendo seres humanos sentimos
emociones, estas pueden ser agradables o desagradables. Sentimos dolor y
sentimos placer.
Como ya lo
mencioné en el artículo pasado solo hay dos tipos de personas que no
experimentan emociones dolorosas, los psicópatas y los muertos.
“Entonces, si en
ocasiones experimentas ansiedad, frustración o culpa, se trata de una buena
señal y quiere decir que estás bien, no eres un psicópata y estás bastante vivo”.
– Dr. Tal Ben-Shahar
Suprimir o negar
nuestras emociones dolorosas como la ira, la tristeza, la rabia o el miedo
tiene consecuencias negativas para nuestra salud mental y física. Suprimiendo
las emociones dolorosas logramos que estas permanezcan y se intensifiquen con
el tiempo. Rechazándolas también limitamos nuestra capacidad de sentir
emociones placenteras. Esto debido a que las emociones fluyen por el mismo
canal y cuando no permitimos que las emociones negativas fluyan, bloquean el
paso de las emociones placenteras. Y esto, tiene un gran impacto en el sistema
inmunológico.
Darnos el permiso
para ser humanos es lo más bondadoso que podemos hacer por nosotros mismos.
Experimentar libremente nuestras emociones nos hará personas más sanas y
felices.
Te comparto aquí
unas acciones recomendadas por el Dr. Tal Ben-Shahar que podrías llevar a cabo
para empezar con este proceso:
1- Responde a la
pregunta: ¿Qué te está molestando? Algo podría estar dándote miedo, rabia,
envidia y no lo quieres aceptar o piensas que no lo deberías de sentir. No lo
niegues. Acéptalo.
2- Exprésate
escribiéndolo. Escribe sobre la emoción y cómo te sientes con esa emoción.
3- Comparte con
alguien. Puede ser con un amigo o un familiar cercano, alguien de tu confianza.
Si esa persona busca darte un consejo de inmediato y no lo quieres, puedes
decirlo con sensibilidad. Al escribir y compartir esa emoción puedes sentirla
con gran intensidad. Sin embargo, con el tiempo es probable que te sientas
mucho mejor.
4- Comprométete a
tomar acción. Cuando nos damos el permiso para experimentar nuestras emociones
nos ponemos en un mejor estado y esto nos permite tomar mejores decisiones,
actuar conscientemente y no reaccionar sin pensar.
“Todas las emociones son naturales y aceptables”. Dr. Tal Ben-Shahar
#MantenteEncendido
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